Hoy llegamos con una lamngen a la ciudad de Rawson, llegamos justo a tiempo para participar de una conferencia de prensa, convocada por la Asamblea del no a la mina Rawson. Habíamos recorrido 700kms.
Muy contenta de llegar hasta aquí, me invitan a la conferencia, me acerco, me encuentro con una asamblea, en la que se encontraba varios sindicatos, algunos de ellos nunca habían participado de la lucha antiminera como por ejemplo SICONARA, Sindicato de Conductores Navales de la República Argentina, y el otro Sindicato de Obreros Marítimos Unidos.
Mi presencia generó mal estar entre los sindicalistas, a tal punto que pidieron que me retirara del lugar, por considerarme muy politizada, y que mi imagen como mujer mapuche incitaba a la violencia.
Fueron los hombres de los mencionados sindicatos quienes manifestaron esto, sin embargo las mujeres sindicalistas lo permitieron, la violencia racista y misoginia, no encontró condena.
Me retiré de ese minúsculo espacio, pero no de la lucha. Allí noté claramente como el sindicalismo intervenido por el poder y los intereses de los partidos políticos van injerenciando las auténticas manifestaciones populares, buscando dulcificar y apaciguar la legitima ira de los pueblos.
No hay luchas impecables, míticas y perfectas. Somos heterogéneos, diversos, divergentes, en algunos casos venimos de historicidades antagónicas, a pesar de ello hoy nos une la emergencia ambiental, la lucha por derogar la ley de zonificación minera.
Esto no significa que debamos silenciar y ser cómplice de los maltratos, del racismo, de la violencia machista que nos atraviesa, tampoco ponerlo en evidencia implica fomentar la división de esta coyuntural unidad, muy por el contrario, la verdad siempre nos ordena, nos posiciona, y nos limpia.
Sí es cierto hay quienes creen que se debe respetar la voluntad popular de antiminera, pero tienen también el mandato de sostener contra viento y marea al ejecutivo que nos ha llevado hasta este desesperante escenario de violencia y represión.
Los mentores de la muerte, los sicarios del poder, deben pagar los costos políticos y penales de lo que han provocado con su sordera.
Vocifero con toda la digna rabia, mientras no tengamos justicia para ellos no habrá paz, Gobierno terricida a la cárcel y mineras asesinas fuera de Puelmapu, wewayiñ. Marici weu!!
Moira millán, weychafe Mapuche, desde Rawson en la revuelta popular, Chubutazo ambiental.